En verano ayuda a proteger el pelo de los efectos dañinos del sol y del mar, repara el cabello reseco y dañado, reduce la caspa.

En el rostro y en el cuerpo ayuda a hidratar y a regenerar la piel y aporta un bronceado precioso como el de las mujeres de Tahití (aunque no actúa como filtro solar).

Desde Tahití nos llega el mejor secreto de belleza de las polinesias.

En esta isla crece una flor de extraordinaria belleza, el Tiare y su maceración durante varios días en aceite de coco ha dado nacimiento a un ungüento excepcional: el aceite de Monoi.

Utilizado desde siglos por los habitantes de la Polinesia para fines cosméticos, medicinales y rituales, el aceite de monoi ha contribuido a resaltar la belleza extraordinaria de las mujeres de Tahití, las famosas Vahines .

Ingrediente principal en el masaje polinesio, el monoi de Tahití posee propiedades hidratantes, suavizantes y nutritivas para el cabello y la piel.